Una de las actividades cotidianas y más habituales del ser humano, es caminar; éste es un ejercicio que cualquier persona saludable, sin importar sus características -edad, hábitos deportivos, etc.- puede realizar sin problema.
Aunque generalmente las personas están acostumbradas a caminar en las horas de la mañana para aprovechar la carga de energía matutina, con el pasar las horas nuestro vigor y dinamismo se va aplacando, haciendo que en la noche nuestro metabolismo se ralentice, que la quema de calorías sea mucho menor, y que nos cueste trabajo conciliar el sueño.
Sin embargo, si cambiamos un poco nuestra rutina, y caminamos durante las horas de la noche, esta actividad podría aportarte beneficios de los que no estábamos al tanto:
* Favorece la circulación sanguínea, y prepara al cuerpo para un sueño profundo.
* Implementa la respiración, y limpia los pulmones antes de dormir.
* Reduce el estrés producido durante el día.
* Ayuda a liberar endorfinas para una mejor calidad de sueño.
Si planeas comenzar esta práctica nocturna, es importante tener en cuenta ciertas recomendaciones: Mantente visible, usa ropa ligera y de colores fluorescentes, utiliza accesorios reflectivos, elige una ruta concurrida y evita aventurar sola.