La artritis es una enfermedad común que sufre 1 de cada 5 perros, que se manifiesta con fuertes y constantes dolores en sus articulaciones -principalmente en la cadera y las patas-, dificultándoles su movilización. Es una enfermedad degenerativa que en muchos casos no tiene cura, pero que sí puede tratarse para que avance lo más lento posible, si se diagnostica en sus fases tempranas.
Entre los principales síntomas está la dificultad para sentarse y levantarse, lentitud o cojera al caminar, cuando ya no muestra entusiasmo en jugar, cuando duerme más de lo acostumbrado, cuando expresa dolor con lloriqueo, cuando pareciera tener temor o cuando cambia su comportamiento.
* Para prevenir o retrasar la artritis, es muy importante que el perro se mantenga activo y flaco durante toda su vida, puesto que el exceso de peso pone más presión en las articulaciones, haciendo que éstas se desgasten mucho más de lo normal.
* También es importante que, después de cierta edad (6-7 años dependiendo de su raza) y con la aprobación de su veterinario, la mascota comience a tomar un suplemento de Glucosamina; un amino-azúcar que habitualmente se produce en su organismo de forma natural. Esta molécula favorece el desarrollo de los tejidos cartilaginosos, actuando también en las articulaciones.
* Si tu perro ya sufre de artritis, es importante que consultes con su veterinario para que le recete algún fármaco. Hoy en día existe una gran variedad de medicinas que contrarrestan el dolor, además de facilitarle la movilidad al animal.
* Para disminuir su dolor, también podemos proveerle una espuma ortopédica, pasearlo por superficies suaves de tierra o pasto, evitar pisos resbalosos y escaleras, mantenerlo en ambientes cálidos, y elevar un poco sus platos de comida para que no se agache tanto, además de suministrarle una dieta apropiada y ejercicio regular, para una mejor calidad de vida.
