Los seres humanos interactuamos diariamente con miles de artículos de plástico, en su gran mayoría productos de un sólo uso. Estos desperdicios generan residuos que acaban en nuestros ecosistemas, donde tardan años o siglos en descomponerse.
Miles de toneladas de basura plástica se vierten al Mar; ésta, a través del tiempo se transforma en diminutos fragmentos denominados microplásticos que afectan directamente a las especies marinas, quienes al consumirlos, introducen el plástico a nuestra cadena alimenticia con enormes riesgos para la salud.
Según un estudio publicado por la revista Enviromental Science and Technology, los humanos estaríamos consumiendo entre 39 mil y 52 mil partículas de microplásticos al año, una alarmante suma que, si le agregamos las que podríamos estar también inhalando, asciende a más de 74 mil.
Inspirados en esta urgente y preocupante problemática, un grupo de científicos de la Universidad de Sichuan en China, desarrolló un robot con forma de pez, diseñado específicamente para eliminar los microplásticos de los océanos, además de recolectar muestras para su estudio.
Mientras nada, este mini robot tiene la capacidad de absorber diminutos residuos plásticos con su cuerpo, y también puede repararse sólo en caso de daños o rupturas. Construido a base de material de nácar, este pez robótico sólo mide 13mm de largo, pero gracias a un sistema láser de luz instalado en su cola, puede nadar y aletear a casi 30 mm por segundo. Es un pececillo elástico y flexible, capaz de arrastrar hasta 5 kg de basura plástica en su cuerpo.
Aunque el prototipo de este vanguardista invento se encuentra aún en su fase experimental, el sistema es una gran esperanza para el futuro de nuestros ecosistemas marinos, fuertemente amenazados por la contaminación plástica que hoy en día afecta a todos los rincones del planeta.