Cerca del 80% de las mujeres que atraviesan por la menopausia sufren de sofocos; una sensación muy desagradable que, aunque suene elemental, puede afectar severamente a muchas de ellas.
Los sofocos son la aparición repentina de calor excesivo en el cuerpo -principalmente en la cabeza y el cuello-, el cual aumenta de manera acelerada acompañado de sudoración, palpitaciones, mareos, fatiga o ansiedad.
Aunque existe un pequeño grupo de mujeres que no llega a padecerlos, la mayoría los sufre alrededor de 4 años y un tercio los padece durante una década. Estas cifras son más altas en las mujeres de color, quienes suelen iniciarla más temprano, sufren una duración más larga y de sofocos más frecuentes.
Desde la década de 1940, científicos se pusieron en la tarea de investigar qué desencadenaba estos molestos síntomas, y los posibles tratamientos para enfrentarlos.
Los investigadores descubrieron que, aunque siempre se ha creído que los sofocos son producidos por el mal funcionamiento del hipotálamo, ésta es una hipótesis errónea. Durante la exploración se identificó un grupo de neuronas del hipotálamo en el cerebro, las cuales fueron clasificadas como las únicas responsables de desencadenar esta extrema y repentina sensación de calor.
A raíz de los importantes hallazgos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU estudia actualmente un fármaco que bloquea los efectos de estas neuronas, el cual podría ofrecer una opción de tratamiento “no hormonal”, para 2023.