Según un nuevo estudio publicado este miércoles en la revista Environmental Science & Technology, el agua de lluvia ya no es potable en ningún lugar del mundo, ni siquiera en la Antártida y el Tíbet, dos de los lugares más remotos y apartados de la civilización, en la Tierra.
De acuerdo con los investigadores de la Universidad de Estocolmo y de la ETH de Zúrich, hoy en día, el agua de lluvia está contaminada con sustancias PFAS, un grupo de agentes químicos que no se degradan, y que han sido utilizados durante décadas en diferentes industrias -como textiles, pesticidas, fertilizantes químicos, la industria automotriz, alimentos procesados, construcción y electrónica-, los cuales se van acumulando en la atmósfera a lo largo del tiempo, generando serios problemas de toxicidad en los seres humanos.