Aunque esta costumbre ha sido muy criticada por los especialistas en trastorno de sueño -debido al constante ruido y movimiento que producen los animales durante la noche, lo que puede interrumpir el ciclo del sueño en las personas-, existen nuevas teorías que promueven esta práctica.
Tener una mascota requiere de tiempo, paciencia y bastante responsabilidad; sin embargo, nada se compara con la alegría y la serenidad que ésta puede llegar a aportar a tu vida.
De acuerdo con los estudios del Centro Nacional para la Información Biotecnológica de los Estados Unidos, la interacción directa con animales de compañía -como dormir en el mismo cuarto o en la misma cama con ellos-, aumenta significativamente los niveles de la hormona oxitocina en nuestro organismo, la cual nos aporta importantes beneficios:
* Disminuye el nivel de la respiración y de la frecuencia cardíaca.
* Reduce de la presión arterial.
* Inhibe la producción de hormonas del estrés.
* Promueve el desarrollo de nuevas células.
* Mantiene al organismo en un estado de bienestar y felicidad.
Esto ayuda a explicar por qué literalmente nos enamoramos de nuestras mascotas; entre más cerca las tengamos, más bienestar recibiremos.
Si eres alguien capaz de sobrellevar los ronquidos, los ladridos, y el movimiento en el cuarto o en la cama de tu perro o tu gato, dormir con éstos podría ser una excelente idea.