Últimamente se habla mucho sobre la masa madre; una mezcla milenaria que se volvió tendencia.
En busca de alimentos más saludables, los amantes del pan han vuelto a buscar opciones artesanales para reemplazar las técnicas de panadería industrial, que últimamente han perdido reputación por su alto contenido de gluten, una proteína difícil de digerir presente en el trigo, centeno y cebada, que causa problemas en el sistema digestivo.
El pan de masa madre contiene lactobacilos (bacterias que ayudan al sistema inmune) en una proporción mucho mayor que los panes elaborados con otras levaduras. Entre más cantidad de lactobacilos, una mayor producción de ácido láctico, lo que facilita la digestión y la absorción de minerales.
La masa madre es un fermento compuesto a base de harina y agua; sin embargo; su elaboración necesita una fermentación mucho más prolongada, haciéndola más benévola para la salud.
Entre sus beneficios se encuentran:
1. Mejora la digestión– Por su tipo de elaboración, las bacterias de su levadura pre digieren el almidón de los granos, ayudando a nuestro organismo a tardar menos en procesarlo.
2. Reducido contenido de gluten– La preparación de este pan requiere de mucho tiempo; durante este prolongado lapso, el gluten se va descomponiendo para convertirse en aminoácidos.
3. Se conserva de manera natural– El pan de masa madre inhibe el crecimiento de hongos por su alto contenido de ácido acético, haciendo que se conserve de manera natural mucho más tiempo.
4. Bajo índice glucémico– La gran mayoría de panes industriales generan problemas metabólicos, por su alto contenido glucémico; un escenario que no existe con el pan de masa madre.
5. Aporta vitaminas y minerales-
6. Contiene fibra– Debido a su levadura natural y a las bacterias que intervienen en su proceso de fermentación, aporta un alto contenido de fibra.