A veces sin darnos cuenta, utilizamos expresiones o frases con nuestros hijos que lo único que consiguen es dañar nuestra relación con ellos, afectar su desarrollo psicológico o menoscabar su autoestima.
“No llores”
Esta frase lo único que hace es motivarlo a que bloquee y reprima sus sentimientos. Si está llorando es porque algo físico o emocional le ha pasado; lo mejor es mostrar comprensión para ayudarlo a aceptar sus emociones y a desarrollar su autoestima.
“Eres un niño malo”
Nunca le debes decir esto a tu hijo. Tú eres la persona en quien él más confía, y si le dices algo así lo creerá y le harás pensar que es defectuoso. Los expertos aconsejan explicarle qué es lo que ha hecho mal y ofrecerle alternativas.
“Si te portas bien te compro algo”
Con esta frase, estarás educando a tu hijo a obtener una satisfacción inmediata, y harás que sus acciones busquen siempre una recompensa material. Es preferible darle palabras de ánimo centradas en su conducta.
“Porque lo digo yo y punto”
Cuando saltamos de la autoridad al autoritarismo, perdemos la capacidad de ser justas, y le enseñamos a los pequeños que está bien actuar sin justificación. Aunque te tome más tiempo, dialoga y explícale a tu hijo cuáles son tus motivos.
“Eres un tonto”
Aunque de manera coloquial utilices esta frase sin intención de herir a tu pequeño, hay que evitarla siempre, porque lo que lograrás es convencerlo que realmente sí lo es.
“No te portes como un bebé”
Con esta frase le estás dando a entender que su actitud es tonta e inmadura. No le debes exigir una actitud adulta; es una incoherencia y lo único que lograrás es afectar su autoestima.
“Los niños grandes no tienen miedo”
Esta es una frase que puede llevar a tu hijo a reprimir sus miedos en lugar de afrontarlos. Lo mejor es preguntarle qué le asusta y encontrar la fuente del problema, para mostrarle que está a salvo.