Aunque suene ilógico, llorar aporta muchos beneficios que tal vez ignorábamos. Derramar lágrimas es esencial para el organismo en determinados momentos; sin embargo, es una acción que continúa siento un tabú en nuestra sociedad occidental, donde se busca siempre el autocontrol, la fortaleza y la resiliencia.
Llorar es un fenómeno motor complejo íntimamente ligado a las emociones; un mecanismo de defensa del organismo que se da en respuesta a un cúmulo de frustraciones y situaciones complejas. Al llorar, nuestro cuerpo entra en un estado de catarsis, desencadenando un proceso de auto-consuelo.
Cuando el llanto es reprimido constantemente, el estrés oxidativo se acumula y el cortisol se dispara en el cuerpo, desencadenando problemas de estrés crónico sin siquiera darnos cuenta.
El llanto es una herramienta de fortaleza que ayuda a sanar tanto el alma como el cuerpo. Llorar se podría comparar con hacer ejercicio, y es indispensable dejar que fluya en momentos de angustia, dolor, depresión, o preocupación, para liberar tensiones.
Además de relajar y desintoxicar nuestras emociones, llorar aporta varios otros beneficios:
* Desinfecta y protege los ojos- Las lágrimas son un líquido salino que baña la superficie del ojo -especialmente la córnea-, para mantenerla húmeda y para transferirle oxígeno y nutrientes; además, mejoran la calidad refractiva de la superficie ocular.
* Limpieza y protección- Las lágrimas eliminan residuos y cuerpos extraños, custodiando los ojos contra infecciones y agentes patógenos.
* Mejora el estado de ánimo- Llorar crea un cambio químico en el cuerpo, que incrementa los sentimientos positivos.
* Analgésico natural- Llorar produce Leucina encefalina, un tipo de endorfina que actúa como calmante.
* Induce la calma- Un buen llanto conduce a un sueño profundo y reparador.