Aunque es fácil dejarnos fascinar por los espectáculos de estos hermosos animales, existe una oscura y triste realidad detrás de esta supuesta “diversión”.
Recordemos que los cetáceos son animales altamente inteligentes, capaces de establecer lazos afectivos de por vida con sus familiares, y su estructura cerebral les permite entender lo que sucede a su alrededor de manera precisa; una desventaja cuando se les priva de la libertad.
* Son arrancados de su hábitat de forma violenta- Las capturas son invasivas, estresantes y letales, donde los animales son perseguidos y acosados hasta ser apresados. Algunos mueren de paros cardíacos por el estrés y otros durante los primeros días en cautiverio, debido a la depresión que les genera haber sido separados de sus familias.
* Viven en una minúscula piscina- Los tanques donde pasan su vida son de reducidas dimensiones, con aguas poco profundas y tratadas químicamente, lo que les genera atrofia muscular y problemas en la piel y en los ojos. En su estado natural, los cetáceos recorren distancias de entre 95 y 160 km al día, a velocidades de entre 40 y 55 km/h. Llegan a sumergirse hasta 90m de profundidad, y pasan apenas un 10% de su tiempo en la superficie del agua.
* Sin sombra para protegerse del Sol- Cuando viven en libertad, los cetáceos pasan la mayor parte de su tiempo a grandes profundidades donde no se ven afectados por los rayos ultravioleta, pero en cautiverio se les presentan quemaduras y problemas en los ojos, por falta de protección frente a la radiación solar.
* Violencia durante el entrenamiento y los espectáculos- Son generalmente entrenados mediante la privación de comida y la violencia física. Son forzados a trabajar jornadas extenuantes, llegando a actuar hasta en 7 espectáculos diarios, lo cual se incrementa en el verano con las exhibiciones nocturnas.