La vitamina C -también conocida como ácido ascórbico-, es un nutriente hidrosoluble indispensable para el buen funcionamiento del organismo. Sus propiedades y beneficios son incalculables, y su valor medicinal va mucho más allá que curar una gripe. Entre los vegetales más ricos en este esencial compuesto están: las frutas cítricas, los pimientos rojos y verdes, el kiwi, las fresas, el brócoli, el melón y el tomate.
Es un nutriente indispensable para las siguientes funciones:
1. Mantiene activas las células inmunológicas.
2. Es un efectivo antioxidante.
3. Ayuda a las células a combatir bacterias, virus y otros patógenos.
4. Ayuda a la desintoxicación del hígado.
5. Es indispensable para la producción del ácido biliar.
6. Ayuda a las glándulas suprarrenales a combatir el estrés.
7. Repara la inflamación producida por el gluten.
8. Es indispensable para la producción de colágeno.
9. Ayuda al cuerpo a absorber el hierro.
10. Contribuye en la reparación de tejidos.
La vitamina C se puede tomar como suplemento vitamínico, en batidos u obtener directamente de los vegetales enteros.