Últimamente hemos venido escuchando sobre una nueva tendencia entre los jóvenes de hoy en día, quienes por varios motivos, se rehusan a traer hijos al mundo.
La realidad es, que esta forma de pensar va más allá de una simple tendencia; las nuevas generaciones sienten un verdadero compromiso con nuestro planeta, y están consientes que traer más hijos al mundo es prácticamente un sinónimo de contaminación, a mayor escala. Además, temen enormemente por el futuro que éstos tendrían en un planeta devastado ambientalmente, contaminado y sin los recursos básicos para subsistir.
Por otro lado, hoy en día, cerca del 52% de los milenios gana apenas lo suficiente para mantenerse a sí mismos, y básicamente, tener un bebé -con todo lo que implica su sustento y educación-, ocasionaría enormes gastos que no podrían afrontar.
A pesar de que sus padres posiblemente consideren que su actitud es egoísta, muchos jóvenes opinan que, es mucho más egoísta traer a un ser humano a vivir a un mundo devastado, donde las posibilidades de crecer personal y profesionalmente, son cada vez más escasas.