El acné es una común afección de la piel, que se manifiesta mediante protuberancias -o granos- en varias partes del cuerpo, principalmente en la cara.
Esta molesta condición, se manifiesta cuando las glándulas sebáceas de los folículos capilares de la piel (o poros) fabrican más sebo de lo normal. Cuando hay un exceso de sebo y demasiadas células dérmicas muertas, los poros se obstruyen, dejando a las bacterias atrapadas dentro de éstos. Al quedar atrapadas, las bacterias comienzan a reproducirse, produciendo una pequeña infección, y haciendo que la piel se inflame y se enrojezca.
Varios dermatólogos adjudican la principal causa del acné al tipo de alimentación de las personas, cuando consumen muchas grasas, carnes rojas, bebidas alcohólicas, azúcar o cafeína; sin embargo, también sabemos que puede aparecer por cambios hormonales producidos en la adolescencia y en la menopausia, o durante los periodos menstruales. Además, el acné es también común en personas con enfermedades de la tiroides, o en aquellas con altos niveles de estrés y ansiedad.
Cuando buscamos eliminar los granos, los dermatólogos recomiendan no tocarlos hasta que maduren, para evitar regar más bacteria dentro de la dermis. Una vez maduros, se podrían extraer de esta sencilla manera:
1. Coloca tu cara limpia sobre un baño de vapor de agua caliente por 10 minutos, para abrir los poros.
2. Impregna un algodón con agua oxigenada y limpia la superficie del grano.
3. Extrae el grano, presionando con dos de tus dedos, dentro de un pañuelo de papel.
4. Si el grano no sale fácilmente, esteriliza una aguja con alcohol para evitar infecciones, y pínchalo cuidadosamente.
5. Drena normalmente el grano y trata de extraer toda la infección, o pus.
6. Limpia cuidadosamente el área con agua oxigenada, para desinfectarla y deshacerte de todos los residuos.