La tiroides es una glándula en forma de mariposa ubicada en el cuello justo arriba de la clavícula, que produce hormonas tiroideas; éstas afectan a todas las células y órganos del cuerpo, y son encargadas de:
* Regular la velocidad a la que se queman calorías, lo cual afecta la pérdida o el aumento de peso.
* Desacelerar o acelerar los latidos del corazón.
* Elevar o bajar la temperatura corporal.
* Influir en la velocidad en la que los alimentos se mueven a través del tubo digestivo.
* Controlar la manera como que se contraen los músculos.
* Controlar la velocidad con la que se reemplazan las células que mueren.
Existen dos clases de padecimientos relacionados con esta importante glándula:
Hipertiroidismo: Cuando la tiroides presenta una actividad excesiva y produce exceso de hormonas tiroidea. El metabolismo se ve sobre-estimulado afectando el estado de ánimo, el peso y los niveles de energía física y mental.
Algunos síntomas son dificultad para concentrarse, inquietud, ansiedad, dificultad para dormir e insomnio, manos temblorosas, cansancio, debilidad muscular, deposiciones frecuentes, hinchazón en el cuello, aumento del apetito con pérdida de peso, irregularidad en la menstruación, inflamación en los tejidos que rodean a los ojos.
Hipotiroidismo: Cuando la actividad en la glándula tiroides es baja y deficiente en el organismo, la enfermedad produce una inflamación en la misma glándula. El ritmo normal del cuerpo disminuye causando pesadez mental y física, y se genera una ralentización del metabolismo, además de afectar las funciones metabólicas, neuronales, cardiovasculares y digestivas. Estos son algunos de sus síntomas:
Cansancio, mala memoria, depresión, piel seca y áspera, ritmo cardíaco lento, aumento de peso, Bocio, intolerancia al frío, estreñimiento, somnolencia, en situaciones extremas puede generar insuficiencia cardíaca o respiratoria, e hinchazón generalizada.